La familia que me eligió
Hace unos días estaba releyendo uno de los tantos escritos que como SMP compartimos con la comunidad. Específicamente uno que Alejandro escribió para el primer Día del Parrillero, mismo que celebramos en 2019, en el que decía: “Yo no elegí a la parrilla, la parrilla me eligió a mí”, y esa frase me generó muchos sentimientos. Principalmente me hizo cuestionarme si yo tenía algo de lo que pudiera decir lo mismo, y llegué a la conclusión de que para mí fue la SMP.
En mayo de 2017, a mis 25 años, me embarqué probablemente en la mayor aventura de mi vida. Dejé a mi familia, mis amigos, mi casa, mi país (soy de Ecuador) y todo lo que conocía por lo que sigo creyendo es la mayor fuerza que mueve el universo: el amor.
Llegué a Monterrey sin saber nada de la ciudad, nada de su cultura, de su gente, sin trabajo, sin amigos, pero eso sí, cargada a más no poder de sueños. Creo que unas tres semanas o un mes después de mi llegada, Alejandro Gutiérrez, Presidente de la SMP, me dio oportunidad de una entrevista para ser diseñadora gráfica en su empresa.
De él sabía poco, creo que esto no lo sabe, pero lo conocí por primera vez en Ecuador cuando mi entonces pareja me mostró sus videos bromeando de lo serio y tosco que era en las grabaciones. El siguiente recuerdo de él es en una carne asada en su casa donde hizo unas costillas con una salsa BBQ de jamaica como práctica para su canal de Youtube. De ese día recuerdo tres cosas: el sabor de las costillas, el nervio que me impuso con sus casi dos metros de altura y que me mencionó lo siguiente: “si en mi casa hubieras dejado una costilla así, no te daban otra”; esto porque dejé pedazos de carne en la costilla después de comerla. Me sentí una principiante en las carnes asadas de Monterrey y definitivamente desbloqueé un nuevo miedo: no comer una costilla bien.
Después de esta experiencia ya le tenía terror y ni les cuento cómo fui a la entrevista. Llegué a Isaac Garza, donde se encuentra nuestro Capítulo Centro, hecha un manojo de nervios. Me recibió Molly (la primera perrita parrillera) y luego Alejandro y como mucho de lo que he vivido en la SMP, no fue una entrevista para nada convencional. Finalizamos y me dice, “Bueno, gracias. Quiero un sillón, ¿me acompañas a ver opciones? Y luego te llevo a tu casa.” Se ofreció porque sabía que aún no sabía moverme por la ciudad. Al final me quedé con la sensación del “no me llames, yo te llamo” pero seguí intentando. Dos semanas después de la entrevista, cuando tenía CERO esperanzas, me marcó para preguntarme si podía empezar ya y el resto es algo de la historia que aquí les cuento.
De mis inicios en la SMP la verdad recuerdo muy poco pero, por mencionar algunas, recuerdo que mi primera actividad fue apoyar en un evento llamado Vive Regio. Llegué con Alejandro, juntó al equipo y les dijo: “Ella es Lucía y a partir de ahora va a trabajar con nosotros”. Acto seguido procedí a cortar cebollas y al final comí el mejor arroz de mi vida preparado por Juan Emilio Villaseñor. Posterior a este evento empecé a trabajar con Miguel, quien es ahora líder de capítulo en CDMX.
En ese entonces sólo existía el Capítulo Centro de Monterrey y no tenía mucho de haberse inaugurado el de San Pedro, por lo que se requerían ciertas necesidades relacionadas con branding y material POP para las tiendas, y siendo este mi rol en ese momento, poco a poco fui agarrando ciertas responsabilidades.
Un mes y medio después de mi contratación, fue mi primer Grill Master. El montaje del día previo al evento duró hasta las 4 de la mañana. Recuerdo al papá de una compañera ayudando a descargar las mesas del food court con nosotros, colocar los nombres de los equipos en los toldos, a Alejandro colocando las mesas de Coca Cola en los stands de los equipos; todos haciendo de todo. Ya finalizado el montaje fui a mi coche y puse el mapa en mi celular; estaba cansada, no conocía la ciudad, no me fijé que me llevó a otra dirección y en ese ínter tuve un choque. Llegué a la que era mi casa aproximadamente a las 5:30 am y tenía que estar en la Arena Monterrey para el arranque del evento a las 7 a.m.
Les seré honesta, cuando arrancó el evento no entendía lo que estaba pasando pero terminé de entender nuestra misión como empresa. Me quedé en shock con el Firemaster Show y la comida; estuve apoyando en la tienda, donde aprendí de todos los productos de la SMP, me impresionó la pasión de los competidores y conocí a muchos de los equipos de otras ciudades.
Después de Grill Master 2017 de Monterrey, (en ese año existía el circuito Grill Master en el que se realizaba el evento en varias ciudades de México) fue el evento en Torreón, y luego el evento de cierre Grill Master Champions en Monterrey; después de estos empecé a involucrarme en temas de comunicación en redes, dejé de trabajar con Miguel para ahora apoyar en la tienda en línea con Juventino (ahora director de operaciones), participé en la producción de un recetario y conocí a muchos de los Fire Masters; se me dió la oportunidad de encargarme de la comunicación y branding del Grill Master y organicé una rueda de prensa sin conocer a un solo medio. Pero lo más importante que me dio la SMP fue en el 2018 cuando conocí a mi primera amiga de verdad en la ciudad: Lucero. Tuvimos que convivir tanto que no le quedó de otra que tolerarme y al día de hoy es mi contacto de emergencia en Monterrey en todos mis documentos. Como su nombre lo indica, Lucero me ha dado luz en mis momentos más oscuros.
Después de este evento se me dió la oportunidad de ser la directora de Marketing. No sabía qué significaba y en ese entonces solo eran tres personas que se encargaban de diseño, video e ilustración, lo cual hacía que el armado del equipo e imaginarlo fuera una de las tareas más complicadas.
El año 2019 fue uno de los años más duros y retadores de mi vida, fue el primer año que no pude ir a ver a mi familia en Ecuador, empecé a formar el equipo de Marketing, tenía que graduarme de una maestría y en el primer trimestre, tuve una situación emocional muy fuerte. Nuevamente la SMP se hizo presente dándome a mi segunda amiga: Pamela. Además de apoyarme muy de cerca en esta situación, me ha dado alegría y me ha enseñado a ser la hermana mayor (porque soy muy joven para decir mamá). La bendición de Pamela y Lucero fue tan grande que hizo que las tres nos lleváramos bien y que además David, el esposo de Lucero, nos soporte y hoy compartamos navidades y viajes juntos.
Pero así como el 2019 fue amargo, también recibí a personas que son mi familia y son parte de mi corazón hasta la fecha: Arely, Karla, Ely y Jesús; en 2020 llegaron Sandy, Ale, Sam y Jacqui. Para 2021, le dí la bienvenida a Kenneth y en 2022 a Erick, Edith, Anasol, Vane, Jenny y Dany, parte del ahora “MKteam”. Y me faltan nombres de quienes en el camino emprendieron nuevos retos pero fueron parte importante de mi formación como líder: Edgar, Alex, Valeria, Hector, Daniel, Abraham y Grecia.
No les voy a mentir, ha sido todo un reto, he cometido errores, muchas veces grandes, pero he aprendido veinte veces más, y la SMP se ha convertido en un espacio en el que tratamos de sacar lo mejor de esos errores. Ejemplo de eso soy yo que sigo aquí a pesar de muchas equivocaciones que he cometido en el camino.
Casi para finalizar, parte importante de mi formación ha sido Alejandro; ya perdí la cuenta del número de discusiones que hemos tenido y las veces que no he querido hablar con él. A pesar de todo esto, sigo aprendiendo de él, no solo en temas de marketing (pues sabe mucho y no es celoso con su conocimiento), sino en todo aquello lo que representa “El fuego nos une”. Hay algo más allá de solo encender el carbón, es la labor altruista del parrillero y de servir, y en cómo trabajar para que su experiencia alrededor de este sentimiento siempre sea memorable y sea la mejor.
Quisiera contarles más, pero prefiero darles las gracias si llegaron hasta aquí, no solo por leer sino porque ustedes, la comunidad que nos sigue, han sido también un gran maestro y son la razón de ser de muchas de las cosas que hago en mi día a día; no hay palabras que puedan explicar lo que la SMP ha significado en mi vida, tanto personal como laboral. Esta empresa me enseñó y sigue enseñando la cultura de Monterrey y México a hacer carne asada, a ser líder, a ser amiga, a aprender a escuchar, a darme cuenta de lo que la gente necesita sin que tenga que decirlo, lo que significa la pasión, pero lo más importante es que me dió una familia.