Son 280 manos
Es el Grill Master HEB 2022, después de un receso prolongado e inesperado, en el cual muchas personas vivieron todo tipo de experiencias y emociones, por fin llega nuestro campeonato de parrillada para unirnos una vez más.
Todos estamos emocionados y un tanto conmovidos por este regreso de la SMP, es momento de ponerle todos los kilos al asador, estamos listos y conocemos el reto.
Más asistentes, más equipos, más patrocinadores y la promesa de hacer de este evento una experiencia memorable en cada uno de ellos.
Una parte clave son los voluntarios, aquellas personas que hacen (al igual que muchas otras) posible este sueño. En el diccionario la palabra voluntario (a) contiene la siguiente definición: que nace de la voluntad, y no por fuerza o necesidad extrañas a aquella.
Pero, ¿qué hacen los voluntarios y por qué son tan importantes para nosotros?
La motivación de nuestros voluntarios va más allá del reconocimiento y los propios fines que hacen que año con año quieran ser parte del Grill Master HEB. Estoy convencida que la razón principal es la comunidad y el seguir generando lazos, sobre todo después de momentos tan difíciles como los que experimentamos como humanidad en estos dos años de receso.
Y es que no existe una excusa más loable para conectar como lo es la comida, cuando un platillo es bueno simplemente lo es, no importa quién lo cocinó, ni su estado socioeconómico, nacionalidad, color de piel o género, todo eso queda a un lado cuando el buen sazón se convierte en el ingrediente secreto.
La cocina nos permite ser introvertidos y, hasta muchas veces, callados, pero la comida siempre nos exige compartir y servir. Me quedó claro que eso motivó a los 140 voluntarios que lo vivieron.
Fueron las universidades, preparatorias y distintos grupos sociales los responsables, todos distintos y todos comprometidos a darlo todo. Quizás los recuerden, a esas personas con una playera amarilla y la palabra “voluntario” en la espalda, corriendo de un lado a otro en el Parque SMP, cuidando cocciones en el Firemaster show, cargando cabritos y lechones, algunos brindando apoyo a los equipos que compitieron, otros en taquilla y un grupo de ellos lavando discos gigantes de 3.5 metros de diámetro.
Las edades de nuestro voluntariado fueron desde los 16 años hasta los 70, esto nos comprueba que cuando uno quiere servir, la edad jamás es un límite. Los voluntarios tenían distintos turnos, algunos llegaban a su punto de encuentro a las 6:30 am y ejecutaban su labor hasta las 5:00 de la tarde; otros a las 4:00 pm comenzaban a dirigirse al Parque SMP para cubrir un turno hasta las 11:00 de la noche.
Hubo aquellos, me atrevo a decir que la gran mayoría, que al terminar su turno de las 5:00 pm decidieron quedarse a terminar el día, e incluso repetir al día siguiente. Cuando se les dijo que ya eran muchas las horas, ellos dieron las siguientes respuestas: “somos parte del equipo y nos quedamos hasta el final”, “estoy cansado pero bien contento” y, mi respuesta favorita, “como no me voy a quedar y ver como termina esto”.
Entiendo a qué se refieren con esto, imaginense cocinar durante tres días 5 toneladas de verdura y 6.2 toneladas de proteína, 30,000 asistentes y 115 equipos compitiendo año con año por algo que les apasiona y les llena el corazón.
Pero sobre todo, ver a 140 personas que, como tú, están dispuestos a hacerlo posible, así que entiendo completamente por qué quedarse hasta el final y verlo con sus propios ojos.
Mi historia en la SMP es bastante curiosa, anteriormente trabajé 10 años en TECHO y, como saben algunos, este evento es a beneficio de esta organización, la cual trabaja con los asentamientos de pobreza extrema que existen no solo en México, sino también en Latinoamérica, y Alejandro Gutiérrez es desde hace 8 años un vocero y consejero ferviente de esta causa.
Gracias a este evento, se dio a conocer la causa que cientos de voluntarios compartimos, hemos llegado a más comunidades y a más familias, gracias a eso conocimos a más empresas y con ello, personas dispuestas a detenerse cinco minutos y escuchar nuestra misión. El Grill Master HEB no es cualquier evento más en la región, la SMP está convencida de que puede ser una plataforma para muchas organizaciones y grupos de voluntades con una misión que lucha por el bien común.
Ahora como parte de la familia SMP, veo más allá el impacto que se tiene, son universidades, preparatorias, TECHO, RIBBI, DIF, bomberos, andares y las universidades y sus docentes los que cuentan su historia a través del servicio. Qué mejor manera de mostrar los valores y la misión de tu grupo u organización que la congruencia. Y la congruencia desde la voluntad pero sobre todo desde el servicio.
Creo firmemente que el voluntariado puede cambiar el mundo, pocas experiencias son tan poderosas y trascendentales como el trabajar por un bien común a través de actos desinteresados y genuinos. Todas las causas son la misma causa.
Muchas historias me conmovieron durante el fin de semana, pero comparto algunas de ellas, tomando en cuenta que contarlas todas sería un ejercicio de una semana.
Valeria Elizabeth De León es estudiante de gastronomía de la Universidad Interamericana del Norte, viene de una historia culinaria en Santiago, ella y su familia tienen un restaurante llamado la Jarrita, el cual ella está por heredar. Valeria asistió los dos días, yo no podía creer la cantidad de energía contenida en ella, nos ayudó en todo; lavaba losa, cargaba proteína, cuidaba cocciones y temperaturas, todo lo hacía sin parar, con o sin lluvia.
Valeria en muchos momentos me comentaba lo feliz que estaba, le contó su historia a los Pitmakers de Houston y ellos le compartieron tips y consejos sobre los ahumados y la cocina, inclusive se tomaron una foto al final en el Firemaster show, todos contentos de haberse conocido, recordándonos que los lazos cruzan fronteras gracias a la cocina y las historias que se comparten en ella. El papá de Valeria llegó al final del evento y nos trajo regalos a muchos de ahí, regalos en forma de comida, regalos que alegran el alma.
Antonio Campos vino por parte de RIBBI, la Red de Iglesias Bautistas Bíblicas Interdependientes de Monterrey, quizás los vieron con la playera amarilla de voluntario, pero con un paliacate azúl con las palabras VE. SIRVE.AMA. Y esas palabras describieron las acciones de Antonio todo el fin de semana, yo lo ví llegar con sus casi 2 metros de estatura y sonrisa grande y algo me dijo que nos ayudaría en todo.
Me acerqué y le dije, “Antonio, ¿te parece si me acompañas y en lugar de tener un área, vemos donde se necesita más?” a lo cual él dijo: “Te ayudo en donde me ocupes.”
A ese equipo también se unió Anayanci Mora de TECHO, juntos recorrimos todo el parque en busca de fuegos que apagar.
Antonio pasaba de un área a otra, cargando y llevando cosas, atendiendo equipos y cuando había resuelto el problema o tarea pedida, venía corriendo con nosotras para preguntarnos en que más apoyaba. Amar y servir no solo fue algo que quedó en palabras en un paliacate, amar y servir claramente es una misión de vida para Antonio, Julio Cesar Lopéz y Diana Montero, quienes este año unieron a su comunidad y a las familias completas que acudieron por parte de RIBBI.
Anayanci fue tan proactiva y entregada a lo que hacía, que solo me bastó con darle un radio y decirle, creo que es más fácil si nos separamos y así apoyamos a más personas. Eso genera el voluntariado, lazos de confianza en cuestión de minutos.
Cuando le pregunté a ambos por qué ser voluntario de un evento como el Grill Master HEB, Antonio me dijo que por ayudar y apoyar a su comunidad, mientras que Anayanci me comentó que quería aprender más sobre el voluntariado y seguir apoyando a TECHO, ambos quizás no se los dije, pero son los mejores solucionando problemas de manera inmediata y eficaz.
Pero, mejor aún, estoy segura que lo que hagan, siempre será con una sonrisa en la cara y con la voluntad correcta.
La siguiente pregunta es, ¿cómo se llega a tener tantos voluntarios? Bueno, esto es gracias a personas como Julieta Isabel de TECHO, que reclutó a 70 voluntarios semanas previas al evento, que brindó toda su energía para coordinar y capacitar a cada uno de ellos y que sin ella, las acciones del jurado que califica a los equipos en la competencia no hubieran sido posible, pero también se logró gracias a las universidades, preparatorias y sus docentes que estaban cansados de las clases en línea.
¿Se imaginan a los chefs y cocineros tomando clases de cocina en zoom? La verdad es que yo no, y aun así lo hicieron y lo lograron durante dos años, manteniendo esa pasión que tanto los caracteriza. El fuego sí une a las personas y éste mezclado con la pasión por la comida, también logra vencer obstáculos.
Verlos ahí para mi fue un regocijo, agotados, sí, pero también llenos de orgullo al hacer lo que más les apasiona y más aún, servir a miles y miles de comensales.
La lluvia fue y vino, pero no logró detener el júbilo de los voluntarios, el fuego no se apagó porque ellos, de la mano de maestros parrilleros, staff smp y los Fire Masters estaban ahí para impedirlo.
He vivido ya muchos Grill Masters, pero el vivirlo de manera interna hizo que este año fuera distinto. Quizás existan personas que no logren entender cómo los voluntarios accionan todo esto de manera gratuita, quizás tampoco entiendan cómo es que lo hacen sin ganar algo a cambio, pero yo quizás puedo explicarlo con la siguiente anécdota.
Hubo voluntarios que repitieron turno y venían con su playera lavada y algo húmeda, se notaba que la habían lavado durante la noche. Ellos no sabían que contábamos con playeras extras, algunos dejaron las playeras inservibles y unos tantos tuvieron que quitársela por estar mojada por la lluvia, muchos de ellos llegaron tan rápido a sus zonas de trabajo, que no tenían playera.
La mayoría se me acercó y me decían, “Mariela, no quiero estar sin playera, ¿crees que me la gané?”. Eso pasa con las playeras de los voluntarios, se sudan, se trabajan y se ganan, porque cuando la vemos doblada en un cajón, nos recuerda las veces que hemos dejado de ver por nosotros mismos y hemos decidido ver por los demás, y eso nos hace sentirnos parte de algo más grande que nosotros, pero sobre todo, eso nos da fe y con ello, un voto de confianza a la humanidad.
Eventos hay cientos, pero uno como el Grill Master HEB que comprenda la importancia de dar a conocer lo que grupos de personas increíbles tienen por ofrecer, lo hace único y esencial en Nuevo Léon.
No puedo dejar de agradecer a las siguientes personas, organizaciones e instituciones educativas:
TECHO México (Julieta, Alejandro Cepeda y Beba Hernandez), RIBBI - Red de Iglesias Bíblicas Bautistas (Julio César López y Diana Lorena Montero), IRH - Instituto Regiomontano de Hotelería (Luisa González y Gustavo Rodríguez), ITAB - Instituto Técnico de Alimentos y Bebidas (Alberto Pacheco), ICUM - Instituto Culinario de México (Ana Luz Cruz), UVM - Universidad del Valle de México (Maryan Celeste Rodríguez) y a la Universidad Interamericana del Norte (Anabel Alcantara).
Gracias a todas las voluntades que lo hicieron posible, gracias a las personas puentes que nos llevaron a ellas, docentes y directivos apasionados y entregados, colaboradores de organizaciones de la sociedad civil y padres de familia que confiaron en nosotros.
Fueron 280 manos y un solo corazón lo que hizo posible este Grill Master HEB, por parte de la familia SMP, bienvenidos a la familia.
A continuación les presento una receta fácil y rápida para que puedan realizar con sus seres queridos y disfrutarla en momentos simples que se pueden convertir en especiales.
Pan tostado con hummus y aceite de cilantro picante
Ingredientes
- 30 g de hojas de cilantro
- 1 limón
- 1 diente de ajo
- 2 chiles serrano
- 100 ml de aceite de oliva
- c/n de Sal Ahumada con Chile Piquín SMP
- 1 aguacate no muy maduro
- c/n de rebanadas de pan Benell
Para el hummus:
- 300 g de garbanzo en lata cocido
- 1 diente de ajo
- 1 limón
- ½ cda de Rub del Norte SMP
- 1 pizca de Rub Rojo SMP
- c/n de Sal Ahumada Original SMP
- 50 ml de aceite de ajonjolí tostado
Procedimiento
- Colocar en un mortero o molcajete el diente de ajo, chiles serrano, jugo de limón y Sal Ahumada con Chile Piquín SMP. Martajar hasta crear una pasta.
- Incorporar las hojas de cilantro y martajar nuevamente.
- Añadir aceite de oliva y mezclar muy bien.
- En una sartén o asador, tostar las rebanadas de pan hasta que estén doradas por ambos lados.
- Untar un poco de hummus en ambas rebanadas.
- Añadir rebanadas de aguacate y un poco de aceite de cilantro picante.
Para el hummus:
- Licuar los garbanzos, el diente de ajo, Rub del Norte SMP, Rub Rojo SMP y una pizca de Sal Ahumada Original SMP hasta que quede una pasta homogénea.
- Exprimir el limón y agregar a la licuadora una cucharada de jugo de limón.
- Agregar el aceite de ajonjolí y licuar de nuevo hasta que tenga una consistencia de puré cremoso.
- Si está muy espeso, agregar un poco de agua.
¡Provecho, raza!