¿Qué es ser parrillero? Alejandro Gutiérrez
Buenos días Parrilleros y Parrilleras:
Es un gusto saludarlos, esperando que tanto ustedes como sus familias se encuentren con salud, les quiero compartir una idea que nos tiene muy emocionados, la hemos estado moldeando desde hace muchos años y por fin sale a la luz.
Desde muy pequeño que estoy pegado al asador, me acuerdo muy bien (aunque suene a madreada y no me crean ajajaj) cuando fui hipnotizado por el baile de la lumbre. Era un "huerco miado" de 7 años, estábamos en casa de mi tío Fernando, hermano de mi papá y no me acuerdo ni por que nos habíamos juntado pero pues se armó la carnilla asada. Recuerdo muy bien que mi hermano, mis primos y otra banda estaban en la alberca, por otra parte, mis tíos y mis papás agarrando el pedo en una especie de sala de jardín, esto fue en Monterrey y por supuesto hacía "chingos" de calor.
Me acuerdo perfectamente que estaba un asador del otro lado del patio en la mera esquina como que olvidado, era un asador de acero negro, cuatro patas, y una parrilla pesada que ni podía cargar, no era nada del otro mundo, un asador normal. Ya le habían prendido al carbón pero no había agarrado todavía, estaba sofocado y estaba echando puro humo, entonces me acerque descalzo, (en trajesillo de baño jajajaja) y le empecé a echar aire con un plato desechable que encontré; y ahí estuve como 20 minutos sin poder lograr mucho; hasta que se acercó mi tío Fernando y me mostró cómo encender el carbón, sin decir una palabra, solo movió dos carbones, entró el oxígeno y salió flama.
En ese momento, sin darme cuenta, me hipnotizó la lumbre para toda la vida, ese día terminé haciendo la carne asada yo (aunque no creo que me haya quedado muy bien que digamos ajajaja) pero al menos pareció que todos la disfrutaron mucho. Son ya muchas anécdotas y recuerdos rodeado de familia y amigos. El poder convivir y compartir esos momentos son cosas invaluables; de las que vamos aprendiendo, y que además, nos hacen crecer y valorar la vida en todos los sentidos.
En una carne asada “para variar” me puse a pensar lo que significa la palabra parrillero. Tal vez hace un tiempo tendría otros significados, pero ahora creo que toma otra perspectiva. Ese día, en el que hice la carne asada por primera vez me cayó el veinte de que servimos a los demás, el ser parrillero es ser anfitrión, es ser el que abre punta e invita a la raza y empieza a organizar, ya con que otro le haga segundas ya se arma sola. Es levantarte temprano e ir a comprar los ingredientes y hasta investigar un poco o mucho de las nuevas recetas que vas a preparar para deleitar y sorprender a la raza.
El ser parrillero es limpiar y acomodar toda la casa, es limpiar las sillas, mesas plegables, a veces, hasta bajar la tele del cuarto, comprar el juego por que no lo van a pasar por tele abierta, hacerla de como que le sabes a las conexiones de la tele para que se vea la señal de la pelea. Es poner a enfriar las cheves desde temprano, es tener la bebida que le gusta a cada quién y tener hielo de más. Es hacer varios tipos de salsas. El ser parrillero es mover los carros de la cochera para que se estacionen los invitados y no tengan que caminar tanto, es aguantar la carrilla, es sacar cosas del refri que no tenías consideradas, ya que llegó raza sin avisar, es muchas veces o casi siempre tener que ver el gol, el touchdown, el knock out en la repetición, es tener que volver a preguntar el chiste, es aguantar el último compa que no se quiere ir aunque estés muerto de cansancio y mañana haya que despertarse temprano por qué hay que ir a trabajar. El ser parrillero es dar la bienvenida y lo más bonito de todo que todavía no logro describir al 100% con palabras es gozar al ver que todos están disfrutando, conviviendo, sonriendo.
Creo que no necesitamos una mejor razón que esta última para prender lumbre e invitar a la raza ¿Pero por qué no una razón para celebrar al parrillero? Hace años, he pensado en un día dedicado a celebrar a todos los parrilleros que son los responsables de que sus comensales tengan los mejores sabores, la mejor bebida y hasta la mejor música.
Hace unos años, un buen amigo me regaló una imagen de San Lorenzo y desde entonces la llevo en mi cartera. En Roma, es el Santo más importante después de Pedro y Pablo, pero la razón por la que esta imagen me acompaña, es que San Lorenzo es el patrono de los cocineros y santo de los Parrilleros. Lorenzo se encargaba de administrar los bienes de la iglesia y distribuir ayuda a los pobres. Luego de soportar terribles torturas con azotes y barras de hierro caliente, fue condenado a morir asado en una parrilla de hierro gigante. Su vida y labor se celebran el 10 de agosto. Los parrilleros representan mejor que nadie los valores de San Lorenzo porque estamos siempre listos para servir.
Desde ahora, por parte de la Sociedad Mexicana de Parrilleros, queremos establecer el tercer sábado de agosto, el día oficial para celebrar a los parrilleros de todo el mundo.
Siempre tendremos motivos para reunirnos, para juntarnos, para compartir lo mejor de nosotros con los demás, para prender el fuego y dejar que la magia suceda... Y ahora con este día oficial, tendremos un gran motivo para celebrarnos.
Los invito a celebrar la vida, los amigos, y la familia y el hecho de seguir juntos aún a la distancia.
Muchas gracias por acompañarnos siempre, por hacer lo que nos gusta y por prender el carbón… Hoy más que nunca, el fuego nos une.
¡Feliz día Parrillero!
Atentamente
Alejandro Gutiérrez Dávila
Presidente Sociedad Mexicana de Parrilleros